Es una estupenda localidad turìstica, renombrada por sus hoteles y sus tiendas elegantes y sus cafès y restaurantes. Hemingway, Nietzsche, De Amicis dejaron huellas de su permanencia en sus escritos. Villa Durazzo (siglo XVI) domina todo el puerto: es un museo y su parque està abierto al pùblico. A travès de unos escalones se llega al Oratorio di S.Erasmo, protector de los marineros, y a la Iglesia de los frailes Cappuccini. Frente al mar, se levanta el Castillo, que se remonta a la mitad del siglo XVI y fue eregido en defensa de las incursiones de los piratas.
A unos pocos kilòmetros, entre Santa Margherita Ligure y Portofino, se encuentra la Abbazia di San Gerolamo della Cervara, abadìa benedictina del siglo XIV.